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Usos del Espacio público urbano: Matutino 1

Decidí convertirme en una corredora urbana…no de bienes raíces por supuesto, corredora en el sentido literal de la palabra:

«Ejercicio físico y apropiación del espacio público…»

iPhone en mano para tomar fotografías y reportar todo eso que se ve y a veces pasa desapercibido: El uso y apropiación del espacio público, en específico, la vía pública.

Tengo la hipótesis de que en el espacio público de mi mágica e inabarcable ciudad de México, pueden verificarse todos los usos posibles, o la mayoría de ellos. No sé si alguna vez seré capaz de verificar mi hipótesis pero me empeñaré en retratar la forma en la que al usar el espacio público, nos apropiamos de él.

Unos desde el punto de vista simbólico – usar el espacio y creerlo/sentirlo nuestro sin que ello signifique privatizarlo o limitar su uso a otros – y otros desde el punto de vista práctico o literal – usos que toman el espacio público para sí, impidiendo el uso o disfrute a otros- esa apropiación que es prácticamente una privatización del espacio que por naturaleza debería ser inapropiable, público en toda la extensión de la palabra.

Veamos pues cómo el espacio público urbano en la Ciudad de México se debate entre la apropiación simbólica y práctica de las calles y banquetas, en este caso, de un sector de la colonia Del Valle, entre la Avenida de los Insurgentes Sur, División del Norte y la calle Eugenia, alrededor de las 7 hrs., hoy un martes 10 de enero de 2012.

Me parece importante destacar la hora en la que se reporta esta bitácora por que el uso/apropiación de la calle y la banqueta de esta Ciudad varía cada minuto, tiene ritmos distintos en la madrugada, a las 7 am, a medio día, a la hora de la comida, a media tarde…el tiempo transforma los usos del espacio y se maximiza su aprovechamiento y apropiación.

Insurgentes: Manejar un vehículo. Abordar el Metrobus. Doblar un poste de luz. Reflejar en el espejo. Anunciar. Arranacar

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Insurgentes. Colocar un mobiliario inútil. Rayar. Dibujar. Anunciar. Pegar. Despegar. Graffitear. Apartar.

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Magdalena. Caminar a la escuela.

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Magdalena. Colocar y Armar el tianguis.

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Eugenia. Recoger, separar y clasificar la basura.

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Insurgentes y Concepción Béistegui. Anunciar y vender revistas. Caminar. Ejercitar.

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Eugenia. Apartar.

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Magdalena. Vender en el Tianguis.

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Eugenia. Peligrar. Ignorar. Acumular. Depositar.

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Insurgentes. Prometer. Incumplir.

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Insurgentes. Descongelar.

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Insurgentes. Construir. Abarcar. Proteger. Estorbar.

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Insurgentes. Mirar el cielo. Imaginar.

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Insurgentes. Encadenar. Pintar. Etiquetar. Nombrar. Señalar.

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Torres Adalid. Curar.

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Torres Adalid. Rebanar. Mostrar. Antojar. Exprimir.

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Torres Adalid. Desechar.

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Torres Adalid. Guisar.

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Insurgentes. Seleccionar. Clasificar.

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Xola. Vender. Comprar. Desayunar.

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Utilicé solamente unos cuantos verbos para describir los usos de la calle, pero hay más. Muchos más. Si localizas uno me avisas para agregarlo a la bitácora.

Estrategias rumbo a la Ciudad Compacta como un objetivo para lograr la Sustentabilidad en el Distrito Federal

Introducción

 

Para que la planeación estratégica realmente funcione, debe dejar de ser una herramienta aplicada “desde el escritorio” de funcionarios públicos y consultores y requiere de un insumo fundamental, la perspectiva ciudadana, en dos vertientes, por un lado, la del ciudadano como usuario o receptor de la política a establecerse (cliente) y el ciudadano como individuo con intereses y expectativas, que tomará decisiones respecto de sus actividades y su propiedad en función de las normas que establecerá la administración pública generando restricciones e incentivos.

 

Un correcto ejercicio de planeación debe tomar en cuenta los procesos físico-espaciales y su relación con factores económicos, sociales y políticos. La planeación urbana genera un instrumento jurídico, que tiene como propósito regular la forma en que se usa y aprovecha el territorio, específicamente en la modalidad de propiedad privada y en lo que conocemos como espacio público. Si quien realiza la planeación no entiende que va a generar un instrumento legal que  restringe el uso de la propiedad privada y que los detentores de la misma tomarán decisiones (dónde vivir, qué invertir, cómo desplazarse, en dónde trabajar, vender o no sus propiedades) a partir de las normas que se establezcan, no hay estrategia posible.

 

En este ejercicio, comienzo con el planteamiento de Visión: La Ciudad Sustentable y como uno de sus objetivos, la Ciudad Compacta. A continuación presento un planteamiento del problema y los resultados del análisis FODA. A partir del mismo, presento 4 líneas estratégicas y actividades específicas para lograr el objetivo propuesto.

Visión

Una Ciudad Sustentable: La Ciudad de México logra satisfacer de manera equitativa las necesidades de todos sus habitantes sin poner en peligro la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras. Esto significa que los recursos de la Ciudad (espacio, infraestructura, tiempo, etc.) se utilizan de manera eficiente, se hace más con menos.

Objetivo

Una Ciudad Compacta, entendiéndola como una ciudad compleja y diversa, con proximidad entre sus usos, aprovechando al máximo el suelo urbano por medio de la densificación y mezcla de usos.

La ciudad compacta edifica menor superficie por habitante, al inclinarse por una densidad mayor y una proyección vertical de cuatro a cinco niveles en las edificaciones. No obstante, esta densidad es efectiva cuando se acompaña con una mezcla de diversos usos del suelo. Así, dentro de una misma área conviven espacios de vivienda, trabajo, educación, comercio, ocio, etc.

En la ciudad compacta, el reciclaje juega un papel fundamental, significa revitalizar aquellos sectores abandonados o subutilizados de la ciudad. Al hacerlo, la ciudad encuentra un camino hacia la sustentabilidad que implica un menor consumo de energía a través de un mejor rendimiento y un aumento en el reciclaje de los recursos.

Planteamiento del Problema: Diagnóstico situacional

La Zona Metropolitana del Valle de México puede definirse como una ciudad difusa, opuesta al modelo compacto que se requiere para construir una Ciudad Sustentable. Al respecto, Emilio Pradilla la caracteriza como “Una urbe extendida, dispersa, con edificaciones relativamente bajas, y con una densidad reducida si la comparamos con otras megaurbes del mundo actual”.

 

Las razones:

 

1.- Una densidad poblacional promedio en el área urbana de 166 habitantes por hectárea cuadrada en 2005, 4.7 habitantes menos, por hectárea cuadrada, que en 2000;

 

2.- La altura de las construcciones en la ciudad es de uno o dos pisos (con excepciones en grandes corredores urbanos);

 

3.- Se ha optado por crecer en la periferia metropolitana, mediante la construcción de enormes agrupamientos (20 mil o más unidades por fraccionamiento) de muy pequeñas viviendas, este fenómeno es reforzado con la política de vivienda para los trabajadores que se ha aplicado en la última década;

 

4.- Estos grandes agrupamientos constituyen enormes ciudades-dormitorio, donde no se desarrollan fuentes de empleo, no existe un mínimo de servicios públicos de educación, salud o recreación, ni cuentan con comercio para el abastecimiento básico.

 

Tenemos entonces según René Coulomb, una situación de vaciamiento poblacional no deseable en la Ciudad Central y una periferización continua del proceso de urbanización. Esto significa que la ZMVM vive un proceso de urbanización expansiva en términos territoriales: Cada vez más territorio alrededor de la concentración urbana está siendo urbanizado. Esto genera que  la localización de la oferta-demanda de vivienda y empleo esté desequilibrada en términos espaciales, la gente vive lejos de sus centros de trabajo, además, en ciertas zonas céntricas se presentan problemas de deterioro urbano: Ambulantaje, apertura de giros negros, zonas de tolerancia, etc.[1]

 

Los recursos de la Ciudad, y las personas que la habitan, no se utilizan de manera eficiente:

–       El tiempo de traslado de las personas entre el lugar en el que viven y su centro de trabajo es cada vez mayor.

–       Los mecanismos de transporte público existentes para trasladarse entre el lugar en el que se vive y se trabaja generan emisiones y efectos nocivos al ambiente, además implican un costo cada vez mayor para las personas que los utilizan.

–       Se privilegia el uso del automóvil vs. el uso de transporte masivo, esto genera mayor impacto en cuanto a emisiones y espacio de rodamiento utilizado.

–       En la zona céntrica del Distrito Federal se vive un proceso de deterioro del espacio público y de las zonas con valor histórico, artístico y patrimonial.

–       La zona centro se ha convertido en una zona de localización para oficinas y servicios, sin embargo, contiene infraestructura instalada (agua, drenaje, vialidad, transporte, etc.) para albergar viviendas. esta infraestructura está “desaprovechada”.

–       La periferización del desarrollo consolida la segregación socio-espacial y el acceso desigual a los beneficios de la urbanización.

 

Diagnóstico FODA: Fuerzas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas del proyecto “Ciudad Compacta”

Fuerzas

–       Existe una tendencia en el GDF a centralizar las decisiones en materia urbana, esto podemos verificarlo con el establecimiento en la Ley de Desarrollo Urbano de las Áreas de Gestión Estratégica[2] y otros mecanismos de esa nueva normatividad.

–       Hay una renovación de la representación vecinal con el establecimiento de los Comités Ciudadanos en las colonias y pueblos de la Ciudad, así como los Consejos Ciudadanos a nivel Delegacional.

–       El proceso de repoblamiento del Centro está en marcha, inició en el año 2000 con el denominado Bando 2, se consolidó en el PGDU del 2003 y se ha establecido en los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano de las delegaciones centrales. Si bien ha encontrado resistencias de los vecinos y ha sido criticado desde diversas perspectivas, la densificación existe y se está llevando a cabo.

Oportunidades

–       Datos del CENSO 2010 que deben ser analizados para actualizar la política urbana, ¿Está funcionando? ¿Se debe corregir?

–       Existen nuevos canales de comunicación y retroalimentación burocracia-sociedad en las redes sociales e Internet.

–       Existe una mayor conciencia de lo que significa una ciudad sustentable, hay voces en la academia y organizaciones de la sociedad civil que hablan de la necesidad de frenar el crecimiento expansivo de la Ciudad.

–       La Ciudad se está consolidando como oferente de servicios, esto significa que será posible localizar ciertos centro de trabajo en el espacio virtual, la manufactura y la industria requerían presencia física de la mano de obra, en el caso de ciertos servicios (financieros, publicidad, legales, etc.) se están gestando nuevos modelos on line.

Debilidades

–       El proceso de repoblamiento en el centro de la Ciudad está en marcha pero genera efectos desiguales en el territorio, las ganancias de la opacidad y discrecionalidad son ingresos por corrupción a las autoridades locales y hay ganancias de los desarrolladores vs. una pérdida en la calidad de vida de quienes son vecinos de los nuevos desarrollos por falta de agua o drenaje o bien invasión de las calles con más vehículos.[3]

–       El diseño institucional para tomar y ejecutar decisiones urbanas en la Ciudad de México sigue siendo ineficiente: Está sujeto a intereses políticos y disputas de tipo partidista-electoral.

–       El proceso de gestión de las llamadas áreas estratégicas (LDUDF, Capítulo IV) se planteó como un proceso discrecional y poco transparente de cara a la sociedad. La ejecución de lo estratégico sigue en el ámbito de la burocracia, alejado de la sociedad.

–       El ámbito de competencia de la Ciudad de México es limitado a su territorio, el fenómeno expansivo de desarrollo urbano se presenta en el Estado de México. Mucha decisiones que influyen  en el desarrollo urbano de la Ciudad son tomadas a nivel federal.

–       Existen zonas de la Ciudad que no son atractivas para la inversión privada por que están deterioradas o tomadas por usos “indeseables” en términos habitacionales.

Amenazas

–       La ciudad ya está construida. Se requiere reconvertir o reciclar lo que ya existe.

–       Conflicto social: Los vecinos originarios o nativos de las zonas que pueden optimizarse se oponen a cambios por que consideran que los servicios son ineficientes y las construcciones pueden generar mayores problemas.

–       La política federal de vivienda está estructurada de tal forma que los desarrolladores prefieren construir viviendas de INFONAVIT en grandes superficies que solamente se encuentran en municipios periféricos.

 

Estrategias:

1.     Profundizar y relanzar la política de repoblamiento en el Centro Histórico de la Ciudad y en los principales centros urbanos de la misma con una visión de optimización según el entorno y las condiciones de cada predio.

a.     Identificar los usos reales de los predios de la Ciudad, (¿Qué está sucediendo a nivel manzana en términos económicos?) Para regularizar los usos que son benéficos (servicios para las zonas habitacionales) y generar incentivos para que los usos de alto impacto (restaurantes, bares, etc.) se localicen en zonas no habitacionales.

b.     Cada predio tiene condiciones, forma, acceso a infraestructura y extensión específicas independientemente de su ubicación. Es necesario establecer el mejor uso (uso óptimo) para tipos de predios iguales considerando estas condiciones además de la ubicación (Trascender generalización tradicional de la zonificación).

c.     Incentivar que las zonas no atractivas actualmente para el desarrollo inmobiliario estén sujetas a programas gubernamentales y de coparticipación con la IP para el rescate y mejoramiento de espacios públicos: La calle, la banqueta y plazas o parques.

d.     Incentivar que los beneficios del desarrollo (impuestos, derechos y otras contribuciones) sean aplicados en las zonas de impacto, generar un nuevo esquema de obras de mitigación que beneficien directamente a los vecinos que ya habitan las zonas que se van a repoblar.

Una verdadera política de desarrollo urbano para compactar a la Ciudad debe ir mas allá de la definición de normas, es necesario enfrentar de fondo las debilidades del sistema, por ello se propone lo siguiente:

2.     Rediseño del esquema institucional del Desarrollo Urbano.

a.     Instituir una Autoridad Urbana de carácter autónoma a nivel metropolitano. Esta Autoridad Urbana deberá ser planteada a nivel Constitucional y considerar la participación de las autoridades federales (SEDESOL, INFONAVIT, CONAVI), del GDF, del Estado de México y delegacionales/municipales. Debe ser dirigida por un Consejo Urbano Metropolitano, integrado por ciudadanos elegidos por las legislaturas locales de las entidades en cuestión y presidida por uno de sus miembros. Los tiempos de elección de los miembros del Consejo deberán ser desfazados de los tiempos electorales.

b.     La política federal de vivienda debe ser revisada en este contexto de tal manera que se generen nuevos esquemas de financiamiento para vivienda en zonas céntricas en donde los predios y lotes son más pequeños. Esto implica un replanteamiento financiero de largo alcance y en coordinación con los representantes del sector.[4]

La política que se aplique no puede ser definida de forma estática, es necesario contar con un tablero de control que indique su desarrollo:

3. Mecanismos técnicos para el Monitoreo de la política de Desarrollo Urbano.

a.     A la Autoridad Urbana le debe acompañar un Observatorio Urbano (integrado por la academia, expertos, representantes sociales y empresariales) y un Sistema de Información y Evaluación del Desarrollo Urbano[5] de carácter metropolitano que permita tomar decisiones sustentadas en datos reales.

4.     Enfoque Ciudadano: Apertura y Transparencia.

a.     Instituir un medio de defensa para el ciudadano, la Procuraduría o Defensoría del Ciudadano en términos territoriales y urbanos.[6]

b.     Procesos transparentes: Un proyecto estratégico de carácter urbano que implica la participación público y privada o que implica cambios en usos y densificación del suelo, debe ser publicado de tal forma que cualquier ciudadano interesado conozca sus fundamentos y pueda impugnarlo o defenderse de las afectaciones que le genere con un procedimiento sencillo y sin intermediarios.

c.     Establecer nuevos mecanismos de planeación participativa, además de los ya existentes es posible explorar otros como los “Juzgados o Cabildos Ciudadanos” en donde se plantean proyectos urbanos controvertidos con ciudadanos elegidos de manera aleatoria y se discuten socialmente (utilizando Grupos Focales por ejemplo) para llegar a soluciones que trascienden a los intereses contrapuestos de los actores tradicionales de las zonas en donde se llevan a cabo.

Conclusión

Lo estratégico del ejercicio de planeación está en entender y reconocer que:

1.     Existen diversos actores con fuerza real (económica, social y política) que deben ser convocados a la definición de la estrategia, no solamente para consultarles su opinión sino para decidirla y participar en su ejecución.

2.     Los recursos son escasos y además los que existen están mal utilizados o mal enfocados, se requiere hacer un inventario de activos para potenciarlos. Los dueños de esos recursos deben participar en la definición estratégica, la iniciativa privada debe estar al tanto y participar de la estrategia también.

3.     La planeación es una herramienta de la gestión, debe pensarse desde el principio como un elemento para facilitar la gestión.

Si el ejercicio de planeación se realiza solamente con una perspectiva burocrática, en “gabinete” y con una concepción voluntarista del deber ser urbano, lo que surja como producto está destinado al fracaso desde un inicio. Tengo la convicción de que los desarrolladores urbanos y la iniciativa privada deben ser vistos como aliados y no como los enemigos de la Ciudad. En todo caso, el enemigo es el populismo y la discrecionalidad que ha predominado hasta ahora en donde las ganancias de la actividad económica inmobiliaria llegan a enriquecer a funcionarios en detrimento de la Ciudad y sus habitantes.

 


[1] Ver boletín de Metropoli “Hacia un Ciudad Compacta: Horizontal o vertical” http://www.metropoli.org.mx/node/16728

[2] Capítulo IV de la LDUDF publicada el 15 de julio de 2010. En lo personal he estado en contra de este proceso de centralización por que creo que da facultades discrecionales al Jefe de Gobierno, quita responsabilidades a los Jefes Delegacionales y excluye la participación vecinal, pero no puedo dejar de reconocer que para un proyecto como el que se plantea es necesario un proceso de toma de decisiones más organizado y menos disperso.

[3] No olvidemos que una de las normas que incentivan la construcción de vivienda en el sector central es la excención de construcción de cajones de estacionamiento en beneficio de los desarrolladores.

[4] Creo que esta es la parte más difícil, el Gobierno Federal no ha expedido el Plan Nacional de Desarrollo Urbano del sexenio por que enfrenta restricciones con el sector que construye vivienda de interés social. Los constructores no van a construir en el centro de la Ciudad si no hay un incentivos o beneficios El suelo es caro en esta zona y no hay posibilidad de generar construcción intensiva que es lo que genera mayores ganancias. Hay desarrollos de este tipo en terrenos muy grandes que se han reconvertido de usos industriales (En las colonias Granada y Anáhuac de la Delegación Miguel Hidalgo, por ejemplo) , el reto es constituir un esquema para que sea atractivo construir en otras zonas en donde los predios son pequeños.

[5] Se incluyó en la nueva Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal, sin embargo no se estableció cómo funcionará. Un sistema que solo vea información del DF no es suficiente, se requiere integrar con el espacio metropolitano.

[6] Una PAOT a nivel metropolitano, con facultades de verificación y sanción.

Historias urbanas familiares 1

A mis papás en Nochebuena les gusta platicarnos la historia familiar, esta vez no fue la excepción, mi mamá nos platicó la vida de mi abuela Mercedes cuando llegó a la Ciudad de México de Zacatecas y mi papá, como siempre, nos mantuvo impactados con su buena memoria, platicándonos de algunos hechos familiares relacionados con la historia del país.

Mi papá nos platicó que un tío suyo, Carlos Domínguez, un día se encontró al Gral. Álvaro Obregón cuando Presidente y le «mentó la madre» acusándolo de asesino por la muerte de Venustiano Carranza. Poco después el tío de mi papá fue asesinado y su mamá, la señora Carolina Bate, buscó al asesino en Veracruz antes de su muerte para decirle que «lo había perdonado».

A todo esto, le conté a mi papá que había leído mucho estos meses acerca del desarrollo urbano y arquitectónico de la Ciudad de México y que encontré referencias de Enrique del Moral, un prominente Arquitecto que participó en la construcción de la Ciudad Universitaria, que me parecía conocido y me platicó que efectivamente era primo de mi abuela Guillermina, su mamá.

Nunca he sido fanática de la genealogía familiar o de la gente que se pone a buscar antecedentes para darse aires de nobleza o  presumir orígenes extranjeros, pero me ha dado mucho gusto enlazar la historia de mi familia con la historia de mi país y la Ciudad de México, muy a propósito de los cursos recientes de historia urbana a los que asistí con gran interés en este año que finaliza.

Entre las cosas interesantes que planteo para entender al Poniente de la Ciudad de México es la forma en la que se urbanizó la zona, desde la colonia Juárez en Cuauhtémoc, hacia la Condesa, la Roma, Anzures, Polanco, las Lomas de Chapultepec y Bosques de las Lomas, la zona Residencial de Cuajimalpa y en los Municipios de Naucaplan y Huixquilucan, La Herradura, Tecamachalco y ahora Interlomas y Bosque Real.

La urbanización responde a dinámicas demográficas y también de segregación socioespacial, evidentemente también a incentivos inmobiliarios. En el poniente encontramos muchas colonias de tipo residencial, para familias de altos ingresos, esta expansión de la Ciudad nos indica la forma en la que las familias toman decisiones de dónde vivir por generaciones. Mi familia está inmersa en esa dinámica también y cuando platico con mis papás y me platican la historia lo puedo comprobar.

Mi mamá dice que mi bisabuelo, su abuelo Rafael Marentes, abogado, era Juez Penal en Zacatecas antes de la Revolución. A él le correspondía dictar sentencia a delincuentes, obviamente cuando la Batalla de Zacatecas lo buscaron los revolucionarios y me cuenta mi mamá que mi bisabuela Lupita lo escondió en la azotea de la Casa de la Condesa donde vivían.

Casa de la Condesa en el Centro de Zacatecas, Fuente: http://normalavilacamacho.edu.mx/

Mi bisabuela tenía muchas propiedades en la Ciudad, minas, ranchos, haciendas, casas…eran un familia muy rica, obviamente la Revolución cambió la situación y mi bisabuelo, con miedo, decidió emigrar a la Ciudad de México. Dice mi mamá que mucho fue por la Revolución pero que también se habían «robado» a mi tía Camelucha y eso fue algo que les daba mucha pena socialmente, así que decidieron dejar todo (se quedó mi Tía Lupe, la mayor de esa familia con mi tío Jesús Acuña y sus hijos) y emigrar a la Ciudad «con lo que traían puesto».

Ellos llegan a la Ciudad a instalarse en la casa de  Ana María Villalpando (hermana de mi bisabuela Lupita) en la colonia Santa María la Ribera. Esto me parece muy interesante por que esa colonia es imporantísima en la época, de hecho mi papá nos platica que cuando sus abuelos y mi abuelo Mario llegan a la Ciudad, ellos de Monterrey, originarios del Municipio de Marín, Nuevo León, también llegan a al colonia Santa María la Ribera. Cuando le pregunté a mi papá por que se vinieron de allá a la Ciudad me dice que «Por que hacía mucho calor en Monterrey». Vayan ustedes a saber, las decisiones de mudarse de ciudad o de colonia responden a causas muy diversas.

Santa María la Ribera

Posteriormente la familia de mi madre compra una casa en la colonia Condesa, en la calle de Tula, todavía ahí vive una prima de mi mamá Mónica Marentes y mis primos, y la familia de mi abuelo paterno, Mario Martínez Schmid, se muda a la colonia Juárez. Todo esto sucedía a muchas familias más, que emigraron a la Ciudad después de la Revolución. Y todo esto me hacía reflexionar en cómo evoluciona la Ciudad de México precisamente del centro hacia Santa María la Ribera, la Roma, la Condesa y su expansión hacia la zona poniente.

Mi abuela paterna, Guillermina, vivía en la colonia Juárez también, mi bisabuela Margot primero en la colonia Juárez y luego en los Edificios Condesa. Mis abuelos maternos se van a vivir a Monterrey cuando se casan, y allá nace mi mamá, pero mis abuelos paternos al casarse se mudan primero a la colonia Roma y luego se instalan en la calle de Cuvier, en la colonia Anzures.

Colonia Anzures, Fuente: http://www.skyscrapercity.com

Mis papás se conocen por que tienen historias, conocidos y familiares en Monterrey, y cuando se casan, se instalan en Polanco. La casa de Taine en la que viví toda mi vida hasta antes de casarme, la compró mi papá vendiendo una casa de la calle de Cholula en la colonia Condesa, herencia de su tía Francisca Martínez Schmid (Fanny), que no se casó ni tuvo hijos, así que mi papá fue uno de sus herederos. Ahora mi hermano Mario cuando se casó, vivió primero en Tecamachalco y luego en la zona de Interlomas, en el Municipio de Huixquilucan.

Interlomas, Fuente: http://www.skyscrapercity.com

 

Las ciudades se construyen y crecen por muchos factores. A los que nos gusta estudiarlas nos corresponde descubrir tendencias, hitos, historia, hacer hipótesis para contribuir a ampliar el conocimiento del fenómeno. Sin embargo, paralelamente a las grandes hipótesis de lo urbano, necesitamos profundizar en las decisiones individuales, las dinámicas familiares, las historias únicas e irrepetibles de las personas que van eligiendo, con innumerables criterios y preferencias de todo tipo, la zona en la que van a vivir.

Esto que relato a manera anecdótica, es solo un ejemplo, la historia de mi familia en la Ciudad es una muy pequeña parte de millones de historias que la han hecho lo que es.

Torres de Polanco en la calle de Taine

Gestión de necesidades sociales en la Ciudad de México. Evolución y Permanencia.

En la segunda mitad del siglo XX, durante la etapa de consolidación de la hegemonía priísta, se desarrollan mecanismos de gestión generados por factores como la excesiva centralización de funciones en el entonces Departamento del Distrito Federal (que funcionaba como un mediador de los conflictos urbanos de la época) y la instauración del sistema corporativo-clientelar.

La Ciudad crecía de manera acelerada, se requería suelo y vivienda para los recién llegados, además de equipamiento social y urbano (Escuelas, Clínicas, Calles, Vialidades, etc.) para atender a la población.

El modelo clientelar parte de la idea de que el gobierno es dueño de los recursos públicos, la relación con la sociedad en este supuesto, está definida por el interés personal de la burocracia y la ambición política de sus cabezas.

La provisión de bienes y servicios, así como la construcción de obra pública se definen como favores o dádivas, no hay derechos, las personas están sujetas a la “buena voluntad” del gobernante en turno quien después les cobrará el favor políticamente.

A raíz de la crisis fiscal del Estado y la alternancia política de fin de siglo, las formas de gestión social han evolucionado. Se han determinado Programas Públicos con reglas de operación específica que facultan (dotan de derechos) a las personas y comunidades para la obtención de recursos públicos (Desde Solidaridad al hoy Oportunidades, entre otros).

Los criterios para acceder al derecho establecido (vivienda, espacio público, beca, subsidio…) dependen de criterios técnicamente definidos, por ejemplo territorios o unidades espaciales definidas por características de marginación o bien por otras características universalizables como sexo, edad u otras condiciones como desempleo o discapacidad. La política social evoluciona hacia la focalización.

Sin embargo, permanecen los vicios del pasado. El modelo no resuelve el problema del clientelismo y la utilización de recursos para intereses partidistas. Tuve la oportunidad de visitar con motivo de trabajo de campo en mis estudios de Maestría, a una organización popular que trabaja en una delegación perredista del DF en donde existen recursos para un programa de subsidios de Empleo Temporal para el rescate de espacios públicos.

Esta organización está aliada con la Delegación y realiza intermediación social con el gobierno local. En un taller que realizamos, el coordinador del evento nos dijo que en la organización se sentían como “nuevos ricos” por que los recursos delegacionales estaban a su “disposición” para decidir por medio del presupuesto participativo lo que se haría en las colonias.

Con todo y Reglas de Operación del Programa, con todo y el extraordinario mecanismo de Presupuesto decidido de manera pública, con todos los derechos universales de carácter social que ha planteado el PRD en la Ciudad, las organizaciones populares siguen mediando y lucrando con recursos públicos para mediar conflictos y necesidades sociales y operar electoralmente.

Es importante cuestionar si se han transformado viejas prácticas de gestión, hoy en día, cientos de organizaciones populares en las Delegaciones afilian ciudadanos a sí mismas y al PRD para garantizar el acceso rápido o preferente a los programas delegacionales por un lado, y para aprovechar electoralmente la clientela que generan los programas del Gobierno de la Ciudad, que si bien ha intentado instrumentar mecanismos para eliminar la intermediación clientelar, se mantienen un marco de actuación social caduco. Si cambian los mecanismos legales y no cambian las formas de intermediación político-social, el clientelismo no desaparece, solo evoluciona.

Un modelo de gestión del desarrollo social, de abajo hacia arriba, centrado en la promoción de una mejor calidad de vida para las personas y las comunidades, requiere un sistema de gobierno distinto en la Ciudad y también de una sociedad diferente: Descentralizar recursos, enfocar el presupuesto a la inversión pública para mejorar la infraestructura y servicios sociales de carácter universal y la personalización de los subsidios enfocados a la ampliación de capacidades humanas.

Polanqueña tres décadas


Relato un testimonio apasionado de la transformación que ha sufrido este barrio que me vio crecer.

Caminar con mi padre todos los domingos de mi infancia hacia el Museo de Antropología.

Plantar un árbol en el prado de la casa cuando tenía 10 años.

Ir al Kinder Tres Picos.

Aprender a andar en bici en la Plaza Uruguay y patinar en la pista del Parque de las Américas

Comer paletas heladas del Manhattan y disfrutar de las famosas tortas de La Samaritana.

Todos mis momentos tienen una referencia común; el mosaico de recuerdos de mi vida, tienen como escenario las calles y prados de este pedazo de Ciudad.

Presencié el movimiento contra el tren elevado y viví desde mi ventana con gran impotencia la evolución de una de las edificaciones más significativas de la zona, hoy ícono de la Capital: Las “Coca Colas”.

Y claro que la propiedad ahora vale más. Y claro que todos dicen que  es  una colonia exclusiva, céntrica, con servicios y en donde todo te queda cerca.

Pero ya no es lo mismo. Ya no se ve el Bosque cuando te asomas al balcón.

El eterno debate entre la propiedad privada y el valor del espacio urbano, como un bien colectivo. No hemos encontrado un verdadero equilibrio.

De tal forma que el escenario se ha transformado radicalmente.

Se van los comercios de barrio y llegan las franquicias. Nos invaden las calles con autos ajenos. No se puede ni caminar sobre la banqueta.

Y aquí estamos los sobrevivientes en plena resistencia:

Algunas fachadas libres de publicidad, las rotondas y fuentes, los camellones. Los Parques y Plazas.

Otros apasionados de la zona, tal como la conocimos, como era antes, como sigue siendo en muchos aspectos todavía, con esa magia, con estas peculiaridades que no queremos perder.

Me duele imaginar que el escenario en el que se han desarrollado mis recuerdos se convierta en un recuerdo más. No quiero que la última casa que quede en la cuadra sea la mía.

Necesitamos echar a volar nuestra imaginación.

¿Cómo combinar una justa retribución por la propiedad existente en una colonia de gran valor comercial con la belleza arquitectónica y tradicional del barrio?

¿Cómo lograr un equilibrio justo entre el valor comercial que genera ganancias individuales y la conservación general, que genera beneficios comunes?

La primera labor será pensar en conjunto. Escucharnos con respeto y generar soluciones de largo plazo.

Y  manos a la obra. Habrá que sembrarnos en el corazón un profundo respeto por lo que somos. Habrá que decirnos una y otra vez que lo que derrumbamos no regresa nunca. Que no hay memoria mejor que la presencia y que estos prados, estos escenarios, estas calles no serán las mismas sin nuestras casas, tal como hoy las conocemos.

Poner arraigo en el corazón de uno y de todos para que la identidad sea un valor que reconozcamos y para que el valor que hoy le damos a lo nuestro, siga así por muchos años más.